Originarios de Quito, Ecuador, Cruzloma fue primero un colectivo formado por varios artistas en 2014 con la intención de explorar posibilidades sonoras de amalgamar la música tradicional con ritmos electrónicos contemporáneos. Sin embargo, después de varios años y cambios de perspectiva, en 2018 Felipe Romo y Sergio Castro deciden consolidar el proyecto como el dúo que es actualmente.
Antes de sus exploraciones con Cruzloma, Felipe y Sergio se han venido juntando para crear música desde hace 12 años, haciendo parte de bandas de reggae y dub, así como su banda de stoner rock Fat Chancho, con la cual publicaron su único disco homónimo en 2020. Sin embargo, el llamado a aleación de elementos más cercanos a sus raíces fue más fuerte, y habitar una ciudad como Quito cargada con tanto sincretismo y simbología, los llevó a conformar esta dupla para darle vida a un proyecto que, en palabras suyas, es “música electrónica ceremonial que tiene la conjugación de los pensamientos de leyendas y mitos de la creación”. Esto alineado con la idea de que a pesar de la colonización, las culturas indígenas han protegido sus creencias por medio de la música, la danza y de una adaptación a la simbología católica, generando este sincretismo característico de Latinoamérica donde vírgenes y montañas se muestran como sinónimos. “Cruzloma busca traducir este sincretismo desde la música electrónica a un ámbito tecnológica y culturalmente contemporáneo”, asegura el dúo.
En su música han sido esenciales las colaboraciones con otros artistas, incluyendo al grupo Humazapas y algunos increíbles percusionistas de El Chota, originarios de la provincia de Imbabura. Las raíces rítmicas del EP son las percusiones afro-ecuatorianas como el bambuco, proveniente de Esmeraldas en la costa norte del Ecuador, la bomba del chota y el san juanito, provenientes de la zona norte de la provincia de Imbabura.
“La necesidad que encuentra Cruzloma de fusionar música tradicional y contemporánea refleja una ola de búsqueda de innovación de nuestra identidad musical que, a pesar de que pueda pensarse como algo del presente actual, empieza quizás en los años 70 con la exploración de personajes como Mesías Maiguashca”, aseguran y asumen la responsabilidad de promover ritmos tradicionales en medios contemporáneos como un proceso de reinvención y auto-descubrimiento donde se trae a la luz la riqueza cultural de su país natal a través de ritmos que alcanzan entornos musicales que carecen de sonoridades folclóricas, en este caso, Andinas.